Rotar entre lo mínimo y lo posible
- 12 jun
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 23 nov
Hay semanas en las que nada encaja.
En las que tú haces tu parte… y aun así todo parece ir con retraso.
El ánimo va por libre, la energía no firma el contrato
y tú solo intentas seguir funcionando sin que se note demasiado.
Intentas descansar, comer bien, entrenar, mantenerte cuerdo
y parecer un ser humano estable en público.
A veces el mayor logro del día
es no contestar mal,
o ducharte,
o cambiarte la camiseta del día anterior
para mantener las apariencias ante ti mismo.
No siempre hay trauma dramático ni revelación vital.
A veces solo hay días grises que piden que no te castigues por no brillar.
Y eso también es vida.
Eso también cuenta.
Eso también te construye —aunque no suene a titular inspirador.


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